sábado, 11 de abril de 2015

SEMANAS DEL 12 AL 24 DE ABRIL










EL ENVENENAMIENTO DE NAPOLEÓN
EXPEDIENTE ESPECIAL
OTRA SORPRENDENTE ESPECIFICIDAD FRANCESA

LA TESIS DEL ENVENENAMIENTO DE NAPOLEÓN
BAJO LA LEY DEL SILENCIO

« Muero prematuramente, asesinado por la oligarquía inglesa y su sicario ». Napoleón.

El 5 de mayo de 1821, el Emperador Napoleón I moría en la isla de Santa Helena donde lo había deportado el gobierno inglés al que se había confiado, pues, y es triste constatarlo y escribirlo, aquel hombre de inteligencia supra-humana, creyendo en el honor de la corona británica, pensaba que sería asignado a residencia en tierras de su más implacable –y de su más despreciable– enemigo: Inglaterra.
Desde esa fecha, la causa oficial (supuesta) de la muerte: un cáncer del estómago, no había sido nunca puesta en duda.

En los años 60, al leer las Memorias, recientemente publicadas, de un compañero de deportación del Emperador, su primer valet de cámara, Luis Marchand, Sten Forshufvud, un estomatólogo sueco quien había realizado estudios de toxicología en Francia, se percató de que algunos de los síntomas descritos con toda inocencia por el sirviente podían dar a pensar en una intoxicación al arsénico.

Tras varias dificultades, logró procurarse, a través de un historiador francés muy reputado en aquella época, un cabello (perfectamente identificado) de Napoleón, y lo hizo analizar en la universidad de Glasgow, en donde un científico, el profesor Hamilton Smith, acababa de afinar un método que permitía revelar de manera infalible la presencia de arsénico.
Al revelarse el análisis positivo –había claramente arsénico en ese cabello de Napoleón– el « detective-historiador » aficionado sueco, empeñado en proseguir con su indagación, buscó procurarse más cabellos. Sin embargo, a partir de ese momento, en Francia, todas las puertas se cerraron ante él.

Fue del extranjero: Suiza, Australia, Estados Unidos, de donde llegó la ayuda, pues el artículo que Forshufvud había publicado en una revista científica anglosajona, Nature, no había pasado desapercibida.
Todos los análisis a los que procederá el profesor Hamilton Smith desembocarán en el mismo resultado: el arsénico estaba bien presente – y en grandes cantidades – en los cabellos de Napoleón.

Lejos de Suecia, en Montreal, un hombre de negocios internacional, el canadiense Ben Weider, gran admirador de Napoleón, tenía él también algunas dudas acerca de las causas reales de la muerte del soberano más célebre de la historia de Francia –y para el autor de estas líneas– del mundo.
En 1963, sobrevino el encuentro decisivo: los dos hombres decidieron trabajar juntos para establecer los medios propios para hacer progresar las investigaciones y apuntalar esta tesis. Ninguno de ellos se imaginaba que el camino sería tan largo, tan lleno de escollos, de desprecio y de irrisión.

En 1974, Ben Weider tomó definitivamente el relevo.

Omito los detalles de su diligencia, que encontrarán ustedes en el sitio oficial del Instituto Napoleónico México-Francia para llegar al año 1995.

Colección del museo de Malmaison.
Hoja del día...
... viniendo de la isla Santa Helena, que anuncia el envenenamiento de Napoléon, su muerte y su entierro...

Algunos cabellos confiados por Ben Weider al servicio de Química-Toxicología del FBI confirmaron en todos los puntos las conclusiones de los análisis del científico de la universidad de Glasgow, revelando ellos también, fuertes concentraciones en arsénico.

Sobre todo, no vayan a creer que los historiadores Napoleónicos franceses se interesaron en esta nueva tesis que les brindaba materia a reflexión.

Como habían tirado, con una descortesía que daba en la grosería, « con bolas al rojo » contra las investigaciones iniciadas por el sueco, se ensañaron, y con la mismo encarnizamiento, a su nuevo blanco: Ben Weider, de quien un historiador Napoleónico bien conocido, con el apoyo de los medios franceses, que dedicarán siempre la mayor parte de sus esfuerzos a las hipótesis más mafufas, ridiculizará a la « nueva serpiente marina » del « fabricante canadiense de artículos de deporte ».
Nada vale en efecto una buena dosis de irrisión para arruinar la credibilidad de una tesis y, de paso, la de quien la apoya.

Como los resultados obtenidos por el FBI, presentados oficialmente en París, en el Senado, el 4 de mayo de 2000, no habían logrado, si no a ganarse la adhesión de los historiadores franceses, al menos a convencerlos a entablar una discusión sobre una tesis que comenzaba a reposar sobre bases científicas serias, Ben Weider decidió confiar cinco mechones de cabellos (perfectamente identificados igualmente) del augusto desaparecido a un laboratorio francés, líder reconocido en el ámbito de los análisis toxicológicos de los cabellos.

No entro tampoco en los detalles científicos que encontrarán en este sitio, pero creo útil precisar que, como acaecido previamente, los análisis, realizados por el Doctor Pascal Kintz, entonces presidente de la Sociedad Francesa de Toxicología Analítica (Société française de toxicologie analytique), llegaron a las mismas conclusiones que todas las precedentes… y que recibieron de parte de los historiadores Napoleónicos franceses el mismo acogimiento despreciativo y deshonestamente dubitativo.
Brevemente resumida, su posición era, y es aún: no se trata más que de una mala novela policíaca.

La ofensiva contra la « mala novela policíaca » tomó una dimensión suplementaria en noviembre de 2002 con la publicación de un artículo en una revista de vulgarización científica francesa: Science & Vie.

Dicha revista había hecho proceder –por parte de un laboratorio oficial del Estado francés, el de la Prefectura de Policía de París– a unos análisis cuyos resultados, extrañamente, fueron… contrarios a los obtenidos en todos los otros: el arsénico no estaba en sino sobre los cabellos de Napoleón. Sobrentendido, todo este asunto de envenenamiento no era más que viento. Pero esas conclusiones, que, igual de extraño, recibieron los honores de la prensa, no eran nada menos que una puesta en duda de los trabajos precedentes establecidos por los demás científicos.

En colaboración con la universidad del gran ducado de Luxemburgo, el doctor Kintz procedió entonces a una nueva serie de análisis, con el fin, esta vez, de ir a « explorar » en el interior de los cabellos de Napoleón.
¿Y qué descubrió?
Que el interior de los cabellos, su « médula espinal » de alguna manera, estaba impregnada de arsénico (las imágenes son visibles en las páginas de este sitio), lo que refutaba definitivamente lo que bien hay que llamar púdicamente los análisis « de complacencia » comanditados por la revista nombrada más arriba.

Como, en varias ocasiones, los historiadores Napoleónicos franceses habían sostenido que el arsénico hallado en los cabellos de Napoleón podían tener su origen en el humo de la estufa o en las emanaciones del papel tapiz –sin interrogarse acerca del hecho de que Napoleón haya podido ser la única víctima de éstos– el doctor Kintz, para entonces Presidente de la Asociación Internacional de Toxicólogos Forenses (TIAFT), redujo nuevamente a nada esas suputaciones de mala fe por medio de una nueva serie de análisis, identificando esta vez la naturaleza del tóxico: Arsénico mineral, el más tóxico conocido, llamado comúnmente raticida o « mata-ratas ». Estos estudios son también visibles en este sitio.
En los documentos propuestos, podrán también oír las palabras de un historiador, antiguo director de investigaciones en el prestigioso Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS de Francia), quien les explicará cómo, después de haber osado decir que la tesis del envenenamiento « valía más que el desprecio », vio los micrófonos cerrarse definitivamente frente a él, a pesar de una treintena de años de buenos y leales servicios al servicio de la historia napoleónica.
Un comportamiento digno de los « grandes días » de la época estaliniana. ¡Menos el gulag!
Este documento, por él mismo, resume perfectamente la cuestión: a pesar de su realidad científica, esta tesis está prohibida en Francia.

Y he aquí esta extraña « excepción » francesa anunciada en el título: después de haberse « auto-adjudicado » a Napoleón y el Primer Imperio, un pequeño grupo de historiadores napoleónicos, « auto-proclamándose » censores de referencia de la cuestión científica, se autorizan a ridiculizar abierta y públicamente esta tesis del envenenamiento, echando, al mismo tiempo, el velo del descrédito sobre los trabajos científicos de muy alto nivel a los que no entienden nada y, lo que es peor, sobre quienes los realizaron.

La pregunta que se plantea hoy ya no es saber si Napoleón fue envenenado, sino, más bien, preguntarse porqué está prohibido, en Francia, hablar de ello y hacerlo saber.

Este es el enigma que revelarán las diferentes facetas de este expediente sin equivalente que le propone el Instituto Napoleónico México-Francia.

Jean-Claude Damamme

Escritor e historiador
Consultor Histórico Especial del Instituto Napoleónico México-Francia.
Representante en Francia de la Sociedad Napoleónica Internacional.
Miembro la Association des Gens des Lettres.
Miembro adherente de la Association des Ecrivains Combattants.



ACTIVIDAD:

IDENTIFICAR Y JUSTIFICAR LOS SIGUIENTES PUNTOS:

1.       TIPO DE INVESTIGACIÓN (DE CAMPO, DOCUMENTAL, EXPERIMENTAL). 
2.       ¿CUÁL ES EL PROBLEMA PLANTEADO? 
3.       ¿CUÁl ES  EL MÉTODO EMPLEADO? 
4.       ¿EXISTE LA HIPÓTESIS? ¿CUÁL ES? 
5.       ¿CUÁLES SON LA(S) TECNICA(S) EMPLEADA(S) PARA COMPROBAR LA HIPÓTESIS?
6.       ¿CUÁLES SON LAS HERRAMIENTAS EMPLEADAS?
7.       ¿CUÁLES SON LAS CIENCIAS QUE ESTÁN INVOLUCRADAS?
8.       EXPLICA LOS RESULTADOS OBTENIDOS


FAVOR DE LLEVAR SU LIBRO DE TEXTO.

Tarea para la segunda sesión de esta semana:
a) Pasar a Word estas imágenes.
b) llevar imágenes alusivas a los temas y subtemas o revistas, tijeras y pegamente.
























Trabajo escrito, engrapado y en folder (Limpio) 

*Letra arial 12
*Interlineado de 1.5
*Extensión de 4 a 6 páginas
*Citas estilo APA 
*Fecha de entrega Primera sesión de la próxima semana.

*Hoja de presentación
*Índice
*Introducción
*Objetivos: General y particular
*Desarrollo
*Conclusión
*Fuentes de consulta





Temas: 

a) la piratería
b) La inseguridad
c) La violencia intrafamiliar
d) El acoso escolar
e) Pobreza
f)  La contaminación auditiva
g) Enfermedades alimenticias




I. Reúnete en equipo de  3 ó 4 integrantes y responde las siguientes preguntas (Las preguntas se adaptarán de acuerdo al tema seleccionado):

1. ¿Qué opinas sobre la piratería de películas en México?
2.  ¿De qué manera crees que afecta esta actividad a la industria cinematográfica?
3. ¿Has adquirido películas piratas recientemente?, si es así, ¿Cuántas y de qué género?
4. ¿Consideras que el precio de las películas originales en establecimientos comerciales es barato, caro o injusto? ¿Por qué?
5. Expliquen por qué el consumo de piratería es ilegal.
6. Menciona una alternativa para solucionar el problema. Justifica.

II. Realicen una investigación cuantitativa que arroje  datos sobre la  venta de películas piratas en el último año. Elaboración de una encuesta  con 10 preguntas cerradas , mixtas y/o de opción múltiple (30-40 copias), aplicación, análisis de las mismas y presentación de  los resultados en gráficas. 

III. Realicen una investigación documental  sobre el problema (causas , consecuencias y posibles soluciones) en el último año (Enero- diciembre 2014).  

IV. Busquen a un consumidor frecuente de películas piratas y realicen una entrevista estructurada  bajo el  método deductivo (De lo general a lo particular). Elaboren las preguntas que abarcarán los siguientes aspectos:

  • Tipos de películas que prefieren comprar
  • Dónde las adquiere, así como su costo
  • Frecuencia de compra
  • Considera que es legal o ilegal lo que hace
  • Motivo por los que compra piratería

V. Realicen un texto argumentativo sobre el tema: introducción (tema, preguntas de investigación y tesis), desarrollo (argumentos) y conclusión (reafirmación). 

VI. Registren las fuentes de consulta. Estilo APA


Ésta es la taxonomía de Bloom con la que puedes elaborar tus objetivos y recuerda que no debes olvidar la (s) pregunta(s) de investigación que guiará (n)  a tu trabajo.

 

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